sábado, octubre 22, 2005

Cuellos

Hoy la cosa va de fetichismos y debilidades visuales. Episodio novecientos. El tema del día es esa parte del cuerpo que une la cabeza con el tronco y que lleva por dentro toda una serie de cosas divertidísimas, como la columna vertebral cervical, la médula espinal, los ganglios linfáticos, laringe, faringe, tráquea, tiroides, venas, arterias y, por supuesto, músculos, algunos con nombres tan atractivos como el esternocleidomastoideo, amigos. Debido a su vital situación estratégica dentro del conjunto del cuerpo y su razonablemente importante papel en el proceso de respiración, suele ser una zona muy delicada y que precisa ser cuidada –por ejemplo, si es apretada o se obstruye de alguna forma su conducto respiratorio puede producirse la muerte por asfixia, o bien brindar a un completo desconocido la posibilidad de convertirse en un héroe y salvar tu vida, y a la vez la suya–.

Pero vayamos directamente a lo que nos interesa, que es constatar el papel del cuello femenino dentro de la formación fetichista del arte cinematográfico. Ya ves, todo una excusa a raíz de la fascinación que me produjo descubrir ese fragmento anatómico de Natalie Portman, anteriormente adorada por hordas de frikis starwaseros y ahora icono wiki-pop gracias al buen hacer de Zach Braff.


Juro que nunca había entendido el revuelo formado en torno a esta chica hasta que la vi rapada. Dejando a un lado la riquísima utilización iconográfica que realizó el giallo de las gargantas femeninas quebradas o goteantes de hemoglobina, algunos de los directores que más se han especializado en el tratamiento de las relaciones de pareja entre hombres y mujeres a lo largo de su cine, han prestado gran atención al retrato de dicha zona, ya sea con fines introspectivos, estéticos, fetichistas o meramente anecdóticos.

• Godard



• Rohmer


• Bergman


• Antonioni


• Scorsese



• Wong Kar Wai


• Almodóvar


Y es que el cuello no es solamente una de las zonas erógenas más versátiles –excitable en región anterior, posterior y lateral– , sino que hay quien dice que es uno de los puntos a través de los que más directamente se puede acceder al verdadero ser de las personas, pues es la unión entre lo reflexivo y racional y lo físico y pasional. Así que ya sabéis, la mejor manera de conocer a alguien es lanzarse a su cuello. Para ir practicando, podéis ejercitaros y desarrollar vuestro gusto con los siguientes fascinantes ejemplos:







¿Qué clase de posts esperábais a finales de octubre? Pronto comenzará el dominio de las bufandas, otro interesante tema, btw.

lunes, octubre 17, 2005

Inmersión

Como un elemento más a añadir a mi involuntaria, inconsecuente e inconsciente inmersión en el universo estético-moral de la una cierta modernidad gafapasteril actual, y tras haberme comprado una chaqueta de esas que tantos cantantes llevan en las fotos de la Rockdelux, paso a reconocer mi adicción a uno de esos fenómenos extendidos al que no me puedo resistir: el nuevo disco de Franz Ferdinand.


You could have it so much better, o como tener en el mismo disco a los Beatles, The Smiths, Madness, The Kinks, Pulp y sin olvidar a Franz Ferdinand, porque no han perdido el sonido de su estupendo primer album, aunque sí lo han superado ampliamente. Y la verdad es que poco más puedo decir del que considero el mejor disco de este año, quizás solamente comparable a lo último de NIN y Bright Eyes -ambos personalísimas debilidades- y descubrimientos desgarradores como Antony and the Johnsons, Murder by Death y The Arcade Fire -gracias KesheR por la recomendación-. El hecho de que el disco de Franz Ferdinand ni siquiera palidezca ante tan grandísimos pesos pesados es solamente un ejemplo más de lo grande que considero su introductorio cargamento inicial de posibles -y bestialmente pegadizos- singles y las canciones más pausadas e introspectivas que van emergiendo después, todas con letras impecables, referenciales, cachondas y despreocupadas como solamente el verdadero espíritu musical británico puede conseguir.

Vale, hace ya bastante tiempo que me he aficionado a tomar té Twinings. Seguiremos informando de la preocupante mutación. Joder, si hasta pongo links a cosas graciosas en mi blog (a continuación):

Para contrarrestar, algo que no os debéis perder por nada: Everything Sounds Like Coldplay Now. Impagable.

sábado, octubre 08, 2005

PreSitges '05

Como mañana da comienzo la edición de este año del Frikistival de Cine de Sitges y sé que una inmensa cantidad de habitantes de la blogosfera autóctona seguramente vaya por allí, me permito el lujo de recomendarles que, si se les pone por delante un plan más exótico, no sucumban a los cantos de sirena de totems como Burton o Cronenberg -ya sé que esto es duro-, pues a fin de cuentas sus películas van a ser estrenadas dentro de nada, y aprovechen para ver esas previsibles joyitas en bruto de Matthew Barney, Tsai Ming-Liang, los inéditos hermanos Quay o Arnaud Desplechin. ¡¡Que es de esas cosas de las que querré leer crónicas/impresiones cuando vuelvan!! -total, las otras las voy a ver fijo-.

Para aquellos que, como yo, no vayan a [obscenidad] a Joss Whedon y/o Tarantino en la costa catalana, recomiendo especialmente seguir la cobertura del festival en estos dos links:
· Miradas de Cine, con las incansables y estupendas crónicas diarias de Alejandro G. Calvo, the-all-festivals-man.

·Un mundo desde el abismo, donde el irreverente Refo nos dará buena cuenta de la ingente cantidad de material fílmico de toda clase que a buen seguro se meterá entre pecho y espalda durante estos nueve días.

Mientras, en otras latitudes cinéfilas y geográficas, ya se sabe la programación completa del 50 aniversario de la Seminci. Parece ser que, Haneke, Dardenne y Von Trier aparte, lo más interesante girará en torno a ese gran repaso a las mejores películas que han pasado por el festival desde su creación.

jueves, octubre 06, 2005

Zinemaldia 2005 IV

Para terminar ya con el ladrillo de Donostia 2005, ahora sí que sí, lo mejor que se pudo ver en el festival:

Non Fiction

De todos los documentales que se pudieron ver, dos tenían algo en común: la defensa, apología si se quiere, de la libertad de expresión.


· Por una parte, Inside Deep Throat de Fento Bailey y Randy Barbato se centra en la explosión de la libertad sexual cinematografiada gracias al inesperado éxito de público de la considerada la película más rentable de todos los tiempos, Deep Trhoat, profundo drama cercano al neorrealismo que narra la frustrante historia de una mujer que tiene el clítoris al fondo de la garganta. Esta historia tan humana atrajo a una cantidad de público a las salas que prácticamente no se volvería a reunir hasta Titanic -aunque no necesariamente ese mismo público-. Montado con ritmo y dedicación periodística, el documental nos da una buena idea de la época de los movimientos para la liberación sexual, la igualdad de derechos y los valores contraculturales y los mecanismos que trató de poner en marcha el Estado para acabar con todo ello.


· De la censura en el pasado reciente, a la practicada en el presente inmediato. La grandísima humorista italiana Sabina Guzzanti denuncia en su documental ¡Viva Zapatero! las bochornosas prácticas que lleva a cabo Berlusconi para manejar a su antojo todos los principales medios de comunicación italianos. Fue la proyección que mayores carcajadas, ataques de indignación y aplausos finales ocasionó entre la prensa. Y no es para menos, pues ante esta clase de práctica todos deberíamos estar unidos, algo que no parecen pensar los periodistas italianos, centrados en desacreditar a la actriz.

Fiction


· Woody Allen regresa a San Sebastián y, afortunadamente para todos nosotros, con una propuesta muchísimo más atractiva que su desastrosa Melinda y Melinda del año pasado. Volviendo a confirmar una vez más el estado actual de su carrera fílmica, entendida como forma de vida para él, con Match Point ha realizado un delicioso divertimento a la Highsmith, una ansiada búsqueda del crímen perfecto más, una superficial clase burguesa que carece de principios ajenos a lo monetario y la llamada del asesinato como irremediable solución final. Todo bajo una mirada puramente alleniana y un adecuado reparto. Mis babeos acerca del cuerpo de Scarlett Johansson se dan por sobreentendidos, pero no vean lo que pone escuchar su prrrrrrrofunda voz con acento americano entre toda la retórica ampulosamente británica de la película.


· Bill Murray es un actor que había nacido para trabajar con Jim Jarmusch, así que era cuestión de tiempo que el grandísimo director norteamericano escribiera un guión para el absoluto lucimiento de Steve Zissou, sobre todo después de los desopilantes resultados de su participación en esa joyita que es Coffee and Cigarettes. Broken Flowers es una maravilla que podría ser fácilmente enmarcable entre lo mejor de Jarmusch, si no fuera porque esa categoría incluiría toda su jodida obra. No voy a decir más que aparte de flipar con Murray, la dirección de Jarmusch y el desfile de caras conocidas -Julie Delpy, Sharon Stone, Jessica Lange, Chloë Sevigny- y la fotografía de Frederick Elmes, no podéis perderos la que probablemente sea una de las bandas sonoras del año, la compuesta por las canciones de Mulatu Astatke.


· Normalmente el público español tiene una idea equivocada sobre el cine argentino, que quizás sea lo que le haga acudir en masa a los estrenos de los últimos Campanellas, Darines y No sos vos soy yoes... pero el verdadero buen cine argentino tiene precisamente todas las características opuestas. Juan Villegas -a quien a veces se puede leer en la interesantísima revista electrónica de crítica cinematográfica El Amante- se asemeja al mejor Aristarain -o sea, el de Un lugar en el mundo- por su capacidad para retratar de una forma tan absolutamente entregada y sincera las miserias y alegrías anodinas diarias de nuestra vida. Hablo de Los suicidas, una pequeña joyita que hace pensar mientras la ves que la cantidad de basura tragada previamente siempre merece la pena. Si es que alguna vez se ve justamente recompensada con su estreno en nuestras pantallas, no se la pierdan.


· Hasta ahora Miranda July había participado junto a Paul Auster en la escritura del guión de una película de Wayne Wang, The center of the world, había rodado dos pares de cortometrajes que triunfaron proyectados en museos como el MoMa o el Guggenheim y había realizado toda una serie de performances multimedia. Ahora Miranda July ingresa con letras de oro en el nutrido grupo de new americans, renovadores del cine norteamericano contemporáneo, con su opera prima, Me and you and everyone we know, arrasa en Sundance y gana todo a lo que concursaba en Cannes y ofrece una de las mejores películas del año; sorprendente, divertida, ingeniosa, atrevida, absurda, fresca, sobresaliente. A partir de ahora Miranda July es guionista y actriz de Are you the favourite person of anybody?, el último trabajo de Miguel Arteta -uno de esos NA, director de The good woman y de episodios de Six Feet Under- y, espero, deseo, ansío, que siga con su prometedora carrera como directora-guionista-protagonista.


· Por último, llegó el momento de desvelar cuál fue la película que más cautivó a este humilde cronista. Se trata de L'enfer, el segundo trabajo del bosnio Danis Tanovic, que consigue una transmutación prácticamente perfecta en el gran genio de Krzysztof Kieslowski. Haciéndose cargo del guión de este último, escrito junto a su colaborador habitual Krzysztof Piesiewicz, que supone la parte central de su trilogía póstuma -la primera película, Heaven, fue realizada con menos acierto pero no sin calidad y buen pulso por Tom Tykwer hace tres años... para su descarga también hay que apuntar que la base argumental era bastante inferior-. L'enfer cuenta con uno de los repartos más envidiables -8 femmes de Ozon aparte- del cine francés reciente, con tres grandísimas actrices como Emmanuelle Béart, Marie Gillian y Karin Viard en absoluto estado de gracia. La impecable banda sonora con reminiscencias herrmannianas es la guinda de esta verdadera perla del festival.

martes, octubre 04, 2005

Zinemaldia 2005 III

Apuestas Fallidas


· Malas Temporadas, la segunda película de Manuel Martín Cuenca, pese a mantener el medido pulso que ya demostró con la interesante La flaqueza del bolchevique, termina naufragando en el manido modelo de película de vidas cruzadas. Entre el intento de actuación de la negada Nathalie Poza, lo absurdo de su parte de la historia, la poca originalidad -y reminiscencias de "inspiración" en Amores perros- de la de la grandísima Leonor Watling y la desacertadísima música de Pedro Barbadillo, lo mejor resulta ser la trágica historia protagonizada por Javier Cámara. Y decir esto de una película dramática es decir mucho. La Watling, inmensa, rompedora y sufridora, como siempre, pero cayendo en un incómodo guiño hacia su faceta de cantante, que se hace más inexplicable si repasamos el número de veces que ha afirmado querer mantener lo más alejada posible sus dos vertientes artísticas.


· Tideland, ansiada vuelta de Terry Gilliam a la dirección tras su desastre quijotesco -porque se nos ha instado a considerar este el verdadero retorno, y no la producción de los Grimm, aparentemente tan encorsetada por la maquinaria hollywoodiense-. Quizás las expectativas jugaron en mi contra, o quizás el hecho de tratarse prácticamente de la película más personal de toda su carrera haga que se me atragante, pero el caso es que es la obra que menos me gusta del director de Fear and loathing in Las Vegas -Grimm aparte, que aún no la he visto-. Más cercana a los universos infantiles de Time Bandits o Las aventuras del barón Munchausen, la encontré alarmantemente falta del derroche de originalidad que contiene el resto de su filmografía. Eso sí, rodada de forma exquisita, repleta de encuadres contrapicados y barroquismo plástico, pero lastrada por la omnipresencia de la niña protagonista, quien, pese a hacerlo estupendamente, no es suficiente para levantar la película del aburrimiento una vez que su esquema empieza a hacerse excesivamente repetitivo. No perderse el fantástico papel de Jeff Bridges.


· Vers le sud, nueva y más ambiciosa película de Laurent Cantet, quien se ha ganado cierta fama en el cine francés con sus dos films anteriores, Recursos humanos y El empleo del tiempo. Siendo esta su primera película que veía, encontré una historia interesante a priori que podría haber servido para explorar las características de ese turismo sexual practicado por maduras y aburridas integrantes de la clase alta más desmonorada de Europa, pero también vi una gran falta de ritmo y capacidad por mantener el interés durante todo el metraje, una dirección invisible y la plena convicción de que la sólida interpretación de Charlotte Rampling bastaría para sacar la película adelante.


· The Bow, quizás no sea del todo justo que hable aquí del último trabajo de Kim Ki-Duk, pues me parece de una calidad bastante notable. Sin embargo, Ki-Duk sigue el rumbo que tomó su obra tras la magistral Primavera, verano, otoño, invierno... y primavera y persiste en estilizar argumental y atmosféricamente cada vez más sus propuestas para dar su particular visión de la filosofía budista, todo esto con grandes dosis de aura zen -aquí dando un paso más allá que Hierro 3-. Aunque considero las dos películas que he nombrado dentro de su etapa zen de lo mejor de su filmografía, me gustaría que el prolífico director surcoreano siguiera explorando esas realidades terrenales dolorosas y sucias de sus primeros trabajos. Aunque si no lo hace, tampoco tengo mayor problema. Además, tengo curiosidad por ver hasta dónde es capaz de llegar en su creciente apuesta de minimización de los elementos de sus historias: en The Bow, apenas dos barcos, un viejo y una niña.