domingo, agosto 28, 2005

Uwe Boll: House of the Dead

Si existe algo así como colectivos de cinéfilos aficionados a los videojuegos a su vez interesados por las adaptaciones de sus aventuras virtuales a la gran pantalla, deben tenerle miedo, mucho miedo, a una persona: Uwe Boll. He tenido el dudoso placer de ver House of the Dead, película de este sujeto que adapta un famoso videojuego de Sega del mismo nombre. Reconozco que no me apasiona en absoluto dicho mundo, por lo que nunca había jugado a este título en particular -especialmente exitoso en los salones recreativos-, un shooter sin ningún misterio en el que debes acabar con toda la ristra de zombies que aparezcan ante ti disparando a la pantalla. Como vemos, una base argumental repeta de complejidad y estimulante para dar pie a una adaptación cinematográfica de tan suculento material. ¡Lo que nos perderíamos si a Boll no se le hubiera ocurrido!

Es sabido por todos que el género de terror resulta, junto a la comedia, el más propicio para la fabricación intensiva e ininterrumpida de bodrios, pero puede que con House of the Dead estemos hablando de una cumbre, no solamente dentro del malogrado género, sino del cine en general. Por si alguien con el suficiente interés en las glándulas mamarias de Ona Grauer o una cantidad respetable de alcohol en la sangre y ganas de diversión absurda etílica con colegas una noche de apalancamiento decide acercarse a este engendro, más vale que sepa lo que se va a encontrar:

Un grupo de veinteañeros que tenía previsto asistir a una macro-fiesta rave en una isla del Pacífico (?) pierde el ferry que debía llevarles. Están realmente tan desesperados por asistir al evento -la llamada Rave of the Century (sic) consiste en unas diez personas bailando música no electrónica- que pagan 1000 pavos al sospechoso y borderline pescador borracho de turno, no sin antes advertirles éste que la isla a la que se dirigen es conocida como la Isla de la Muerte -¿se fijó alguien durante el rodaje en el título de la película?-.

Como era previsible, al llegar nuestros protagonistas encuentran toda la rave -dos tiendas de campaña, una barra y poco más- destrozada, vacía y llena de sangre. Consecuentemente, deciden buscar a la gente con tranquilidad. Encuentran una vieja cabaña -que resultará ser veinte veces más grande por dentro que por fuera-, son atacados por zombies, aparece una agente federal armada, mueren personajes irrelevantes, son atacados por zombies, se suceden diálogos absurdos y sonrojantes, se hace un uso ridículo y absurdo del bullet-time matrixero, son atacados por zombies, ¡se utilizan imágenes del videojuego original para suplir la falta de material rodado!, mueren personajes irrelevantes, son atacados por zombies, etc. Ah, sí, después de esto hay 15 minutos seguidos de tiroteo. 15 minutos de guión completamente en blanco -como si lo anterior hubiera sido Rohmer-. Todo aderezado con un montaje videoclipero -en sentido despectivo- de planos anteriores, para que el metraje pueda llegar a los 90 minutos.

No merece la pena que recalque que no hay molestia en crear ninguna atmósfera terrorífica y que ni un niño de cuatro años sentiría ningún sobresalto ante el maquillaje de feria y los aspersores de sangre y vísceras de cartón. Como digo, se puede pasar un rato muy divertido viendo esta completa basura, siempre y cuando no hayas pagado por ella. Aviso de que la película no es pretendidamente cutre y consciente de sus limitaciones, sino todo lo contrario, lo que la hace más vergonzosa aún.

Pero la carrera de Uwe Boll no deja de ser prometedora, sobre todo si tenemos en cuenta que parece empeñado en especializarse en la adaptación en serie de videojuegos. Yo ya estoy en búsqueda de su última película, Alone in the Dark, de la que debéis leer un testimonio de primera mano que no tiene ningún desperdicio. No hay que perder la pista al Ed Wood del siglo XXI, el Ron Howard del cine de género. Solamente espero, y sé que millones de espectadores están conmigo, que Hollywood no cometa el mismo suicidio que con Paul W. S. Anderson y le dé proyectos y presupuestos para abandonar el ostracismo de la serie B... lo malo es que parece que sus repartos van mejorando con el tiempo, por lo que podemos temernos lo peor.

·

Escenas Idílicas e Inexistentes de Madrid en Agosto [VI]
Cuando el humo de tu mano se mezcla en el aire con el futuro.

viernes, agosto 26, 2005

Huckabees

Cierto sector crítico había rehusado incluir el nombre de David O. Russell en ese atractivísimo grupúsculo de nuevos realizadores norteamericanos destinados a revolucionar el cine de Estados Unidos de forma determinante -algunos de ellos ya lo están haciendo-. Este conjunto -heterogéneo al máximo- tenía un lugar para el director de la estimulante Three Kings (1999), pero su anti-cool reparto le había cerrado las puertas ante muchos -algo similar a lo que me temo le sucederá a Richard Kelly con su próxima película, posiblemente una de las mejores del año que viene-. Ahora que ha contado con las increíbles composiciones (a)melódicas del grandísimo Jon Brion, algunos no tendrán más remedio que comerse sus palabras.

O. Russell ya había dirigido en 1996 Flirting with disaster, una comedia pura de argumento mucho más convencional que el de I Heart Huckabees, pero de sentido del humor muy similar. La película, aparte de permitir a Téa Leoni demostrar por enésima vez sus grandes dotes para la comedia, nos presenta a un protagonista, interpretado por Ben Stiller, perdido, desamparado en el mundo por arrastrar el trauma que le provoca ser adoptado y no conocer a sus padres biológicos. El protagonista de I Heart Huckabees también se encuentra en la misma situación crítica, donde la angustia vital de la existencia se alía con los acontecimientos para terminar de vapulear a sus sufridas víctimas, los seres humanos. En una vuelta de tuerca a la comedia existencialista de Woody Allen y las extrañas reflexiones de Charlie Kaufman sobre el subjetivismo, el guión le ofrece la ayuda de una pareja de Detectives Existencialistas, un concepto y unos personajes que podrían dar para toda una serie de delirantes películas de impredecibles argumentos.

Para añadir más confusión al argumento, el panteismo optmista inculcado por los dos detectives encuentra su contrario en la figura de otra investigadora, francesa dura que defiende las ideas del nihilismo y la práctica del sadomasoquismo -genial autoparodia de Isabelle Huppert y su papel en La pianiste-. Por último, un bombero ecologista y violento termina de aderezar este cocktail repleto de referencias metafísicas que terminan explotando en la cara de unos histriónicos Jude Law y Naomi Watts que se llevan algunos de los mejores gags del film.

Por lo tanto, no deben perderse la mejor película de la cartelera en este momento -con permiso de Sin City- y acudir a reir y reflexionar con tan manierista genialidad. Advierto de que gana con los visionados y se hace indispensable la versión original para captar en toda su plenitud la cantidad de palabrería paródica de libros de autoayuda que contiene.

·

Escenas Idílicas e Inexistentes de Madrid en Agosto [V]
Levantas los pies de las sandalias. La pulsera se desliza por el tobillo. El pelo alborotado no te deja ver. Echas las caderas hacia delante. Alisas la espalda: el ombligo se cierra y repliega. Estiras el cuello. Tus pestañas rozan el techo. Tu lengua se escapa.

jueves, agosto 18, 2005

Double Ellroy. Dry.

He terminado estos días la lectura de dos novelones negros del gran James Ellroy. The Black Dahlia y L. A. Confidential, ambas integrantes de su llamado Cuarteto de Los Ángeles, conjunto de cuatro obras que se sumergen en el corrupto y putrefacto mundo policial, urbano y criminal de la ciudad de la fama en las décadas de los 40 y 50. Noir puro.

Escrita en 1987, The Black Dahlia se sustenta sobre todo en el directísimo estilo de Ellroy, que corta igual que una navaja. Una narración rápida y fluida, descripciones precisas y cortantes, historia deslizada con elegancia entre los detalles, todo da un ritmo preciso y suave a toda la novela. Dice Daniel Múgica que Ellroy "posee una habilidad innata para, utilizando un noventa por ciento de palabras hermosas y un diez por ciento de palabras soeces, obtener un cóctel que resulta poesía en estado puro, dura y bella como un puñetazo en los labios". Sus protagonistas son personajes abatidos, que no soportan la inmundicia del mundo en el que viven y del que no pueden evitar formar parte, una nueva variante del binomio tipo duro-perdedor. Y no se puede pasar por alto el importantísimo papel que representan en este título las dos femmes noir que aparecen, se podría decir que motor principal de toda la acción.

En L. A. Confidential, tres años posterior, el estilo de Ellroy ha evolucionado. Sigue siendo duro, conciso y directo, no repara en violencia, palabrotas ni obscenidades, pero ha cambiado la transparencia narrativa y claridad expositiva por un vibrante uso de la puntuación. Puñetazos, disparos y sangre se suceden entre enumeraciones tiroteadas por comas, puntos y coma y dos puntos. La acción se desarrolla como si fuera disparada por una ametralladora.

Las más hundidas bajezas humanas se dan cita en las novelas de Ellroy, como parte inexpurgable del pasado y presente de sus personajes, que pueden intentar luchar contra ellas pero solamente conseguirán ahogarse a sí mismos. En la mayoría de los casos. Todo regado de buenas dosis de alcohol, prostitución, humo y plomo.

Nada que objetar a la adaptación cinematográfica de L. A. Confiential dirigida por Curtis Hanson, salvo un comprensible aligeramiento del contenido de la novela que es realizado con buen atino y respeto por el material original. Pero ahora todas mis ansias se centran en la que está realizando el grandísimo Brian De Palma de The Black Dahlia, un material que le va a la perfección y del que puede salir una de las películas más fascinantes de su filmografía -lo que ya sería decir-. Cuenta para ello con un desafortunado casting masculino -el inexpresivo Josh Hartnett queda bien en su minipapel de Sin City, pero interpretar a Dwight Bleichert parece a todas luces demasiado para él; esperemos que sorprenda- y un grandioso reparto femenino, muy apropiado: Scarlett Johansson ES su personaje, Hilary Swank es un valor de lo más seguro y Mia Kirshner ya ha demostrado varias veces lo bien que se le da seducir a ambos sexos. Con este material bruto, tengan por seguro que esta será una de las películas del año que viene -salvo desastre ocasionado por su protagonista, claro-.

·

Escenas Idílicas e Inexistentes de Madrid en Agosto [IV]
Escurres del pavimento los últimos días de agosto. No sales a la calle hasta las dos de la madrugada. Tres duchas diarias. Ventajas del aire acondicionado: difumina el límite entre hipotermia e hipertermia. Mientras... Leire: tumbada en la Concha, respirando, deslizándose por el casco viejo, riendo, leyendo en el Boulevard, mojándose en el acantilado, soñando... descolgando el teléfono.

viernes, agosto 12, 2005

Letras de Don Pimpón


Sí, amigos, el esperadísimo y ultradeseado nuevo número de Letras de Cine, la mejor publicación española de crítica cinematográfica -e incluso única, si vemos los pasos que está tomando Dirigido Por-, ya ha salido. Con mucho cariño, dedicación y pasión fílmica, un año después de su ejemplar predecesor, ya podemos disfrutar de las nuevas críticas, análisis y reflexiones de esta revista de periodicidad anárquica y variable.

Este número está dedicado especialmente a la obra del cineasta tailandés Apichatpong Weerasethakul, pero ¡alto!, antes de que penséis ¿para qué me voy a comprar una revista que habla de un tío del que probablemente nunca llegue a ver ninguna película?, los jugosos contenidos también incluyen artículos sobre la nueva cinefilia creada por los soportes digitales y el auge del divx, los 25 años desde la muerte de Truffaut, críticas de películas de actualidad y las im-pres-cin-di-bles entrevistas a Mercedes Álvarez, Kiarostami, Lucrecia Martel y el propio Apichatpong, las tres últimas realizadas por el gran Manu Yañez.

Lo dicho, corran a sus escasos puntos de venta -en Madrid la librería 8 y medio y los cines Doré- y háganse con ella en cuanto puedan, no lo lamentarán. Verdadera crítica combativa en castellano.

·

Escenas Idílicas e Inexistentes de Madrid en Agosto [III]
Atocha. Retiro. Piscina. Municipal, privada. Chanclas ligeras, bikini a medio secar, vestido azul cielo de dibujo infantil, mochila tamaño móvil-paquete de tabaco-iPod, toalla al hombro, goma de pelo mojada en la muñeca, gafas de sol. Barra de pan en la mano. 15.30. Cercanías. Comer en casa después de bañarse. El verano también genera rutinas.

martes, agosto 09, 2005

Agonías Fest


Ahora que ya ha terminado por fin puedo hablar de esto. Quizás un poco exacerbado debido a la saturación internetera y mediática de los últimos días, es posible que pierda los papeles. Ustedes, compañeros blogueros, perdonen mis salidas de tono hacia sus grupos fetiche, pero ya disculparán que en términos musicales me deje llevar más por los impulsos emocionales e irreflexivos que en cualquier otro ámbito, debido, obviamente, a mi nulo juicio crítico.

Vayamos al grano. Este va a ser un grito en contra de la ya instaurada desde hace unos años moda de ir al FIB porque sí. Básicamente, porque el FIB me parece una basura dentro del panorama de festivales musicales nacional -sí, lo que ya es decir-. ¿Por qué? Porque mucho ha cambiado desde que fuera parido en 1995 como desesperado trampolín del indie británico, cuando se pensaba que no tenía ni público ni futuro. Y, desde luego, mucho más desde que alcanzara el techo en 1999 con un cartel de los que verdaderamente podían quitar el hipo: Björk, Placebo, P. J. Harvey, Sonic Youth, Jesus and Mary Chain y Teenage Fanclub. Por favor. Ha pasado de coquetear con lo paralelo y alternativo a finales de los 90 al mainstream más puntero de los 00. No me trago el lugar común de que su público está compuesto en su mayor parte por gafapastas. Quedan algunos, los que aún no han huído a los (ar)ritmos del Sonar, pero yo lo que más veo son pseudo-bakalas, casual wannabes de ambos sexos y chicas con bolsos y abalorios de Pesadilla antes de Navidad que al ser preguntadas por Henry Selick creen que se trata de un nuevo compositor islandés.

Esta popularización desmesurada del acontecimiento ha repercutido muy gravemente en dos aspectos básicos: a) carteles cada vez menos estimulantes y carentes de interés b) una sablada del quince que no se corresponde con la calidad ni de sus contenidos ni instalaciones. Repasemos los artistas de este año; en serio, ¿qué se puede salvar?
· The Cure, porque son intocables y de los pocos grupos que aguantan 30 años con buena música.
· Yo la tengo, única aportación realmente estimulante de esta edición
· Keane, aunque resulte insalvable la etiqueta "grupoindiedemoda". Presente de politonos, futuro de fondo musical en anuncios de MoviStar.
· Nick Cave, porque es Dios y punto.
Resto de nombres fuertes... Basement Jaxx y Lemonheads son contenidos de saldo; LCD Soundsystem no los ubico fuera de la Mtv; Kasabian aún lo tengo pendiente de descubrir; !!! también van al Sonorama; y de Oasis me abstengo de opinar por la salud de mi hígado -los de los Gallagher ya son, obviamente, irrecuperables-.

Total: cuatro artistas de bandera más saldos y descubrimientos varios por 152 tazos en la venta anticipada. Comparaciones inevitables:
· CONTEMPOPRÁNEA - 40 euros - Fangoria, The Sunday Drivers, Australian Blonde, Maga, La Habitación Roja, Astrud, Cooper.

· SONORAMA - 35-40 euros - Ocean Colour Scene, !!!, Molotov, The Sunday Drivers, Australian Blonde, Mogwai, Los Planetas, Astrud, Maga.

Vamos, para mí, como que no hay color. Heineken a la basura; Guiness es la única que vale.

·

Escenas Idílicas e Inexistentes de Madrid en Agosto [II]
En algún lugar de la Castellana. 16:00 h. Asfalto líquido; derretido. Lejos: reflejo en negro, espejos oculares, protección solar. Cerca: naranja que da paso a palidez dura -sexy-, y cintura de vaqueros. El aire pesa; ella no.

sábado, agosto 06, 2005

TV Wars Episode 0 · Calentamiento

¿Quién decía que en verano no se producen noticias interesantes? Con las nuevas concesiones de canales de televisión para la Comunidad de Madrid fruto del concurso de televisión digital local tenemos material para debatir, elucubrar y frotarnos las manos ante la inminencia de "jugosos" contenidos desde ya mismo. Qué divertida es la política cuando se mezcla con los medios de comunicación. O sea, casi siempre.

Empecemos con los datos sin importancia, como que ha sido el Gobierno de Esperanza "la cólera de Dios" Aguirre el encargado de conceder las licencias, que el resultado se ha hecho público una semana después del clímax post-coital entre PSOE y Sogecable o que el pelotazo prisaico de dudosa legalidad -y más dudosa calidad- de Localia se haya quedado sin ningún trozo de pastel. Casualidades te da la vida.

Lo verdaderamente importante son los más beneficiados con el resultado, que no tienen desperdicio. Si son capaces de llegar hasta el final sin estallar en carcajadas, felicidades por su capacidad de contención. Obviamente, la demarcación más jugosa es la que corresponde a Madrid capital, que contará con siete canales más uno gestionado por el Ayuntamiento. Ya tienen plato y cucharilla el Tripartito (A3TV-Onda Cero-La Razón), PedroJ, Enrique Cerezo -uno de los mayores productores de bodrios españoles y llorón oficial contra la pirateria de sus bazofias-, Blas Herrero -¿tienen la pesadilla recurrente de que Kiss FM fuera también un canal de tv? ¡se ha hecho real!-, el Arzobispado de Madrid, Federico Jiménez Losantos -solo con imaginar al equipo de Libertad Digital haciendo un informativo ya babeo- y el grupo Intereconomía -a la derecha de la ultraderecha-. Un panorama fascinante, ¿verdad? No se lancen tan rápido a esgrimir la palabra "sectarismo", ¿no se dan cuenta de la eminente pluralidad de este reparto?. Hay de todo: conservadores, ultraconservadores, católicos, ultracatólicos, derechistas, ultraderechistas, ultraultraderechistas, fachas, inútiles y PedroJ. En la variedad está el gusto.

Además, como en mi ciudad de residencia y búsqueda de precariedad laboral no vamos a ser menos, Móstoles también va a contar con licencia propia de Libertad Digital TV. Hala, otro local más para practicar el vandalismo desenfrenado.

·

Escenas Idílicas e Inexistentes de Madrid en Agosto [I]
C/ San Vicente Ferrer. Tarde; gris y azul. Calor sofocante; madrileño. Polvo y arena en el aire; parado; estático. Cielo desierto. Un bordillo desgastado. Ella encima: sentada. Rodillas hacia arriba. Piernas arqueadas. Un 4 al sol, no hay sombra. Pelo corto; hacia abajo: lacio; ajado. Labios carnosos; agrietados. Mirada perdida pero fija: en panorámico; felina. Sudor cubre todo.